domingo, 23 de septiembre de 2007

Muchas gracias Sr. Heers

Le escribo esta carta con la intención de darle las gracias por varias cosas. La primera por hacer público el 25 de Septiembre su intención de mandarme al paro. La segunda por finalizar una etapa muy importante en mi vida. La tercera por darme, seguramente, una inolvidable navidad este año. La cuarte por quitarme mi derecho a trabajar… Seguiría pero no acabaría nunca.

Aunque para usted solamente sea el operario 1753, en verdad soy Juan Pedro García Sánchez, trabajo en su empresa desde hace 11 años y usted no quiere que trabaje más.
Usted quiere acabar con una parte de mi historia, laboral y personal. La parte laboral es fácil de entender. Pero es en la parte personal donde usted no tiene ni idea. Por eso es mi intención informarle.
He madurado como persona en la Frape. Me he casado trabajando en su empresa, he tenido dos niños mientras trabajaba para que usted ganase dinero, he hecho buenos amigos, he dejado compañeros atrás, algunos definitivamente. Y todo esto usted lo quiere borrar de un plumazo.

Viendo la información publicada por usted en los periódicos, me he dado cuenta que estas Navidades que vienen van a ser inolvidables. Ya que si es cierto lo que dicen los periódicos, el día 1 de Enero de 2008 es cuando realmente me voy a encontrar en la calle. Pero no se preocupe, porque va a ser usted una de las personas más nombradas en mi mesa.
He estado pensando que pedirle a los Reyes Magos este año, y he decidido pedirle dos cosas. La primera es, que en mi vagar por el mundo laboral no me lo vuelva a encontrar. No sea que también cierre la empresa en la que esté. La segunda es que algún día el Sr. “TurboFlick” se de cuenta que es usted caro, y que cualquier directivo puede hacer su faena más barata y le eche a la calle.

Me quiere quitar mi derecho a trabajar. Le adjunto lo que dice la Constitución Española al respecto. Por si lo desconoce..
Artículo 35. 1. Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo.

Después de lo expuesto anteriormente no creerá que vaya a dejarle hacer lo que usted quiera sin luchar. Le va a costar echarme a la calle, a mí y a mis compañeros.

Pero no puedo acabar este escrito sin que aparezca mi lado reflexivo, moderado o como usted quiera llamarlo. Puede pensar que soy un iluso, pero aún creo que la solución está en el diálogo y la negociación. Negociación que usted no ha querido mantener con nosotros. Aún está a tiempo de rectificar. Si acepta mi consejo, hágalo. Recapacite y todos saldremos ganando.

Juan Pedro García Sánchez